Conflicto palestino – israelí II

  •  ¿Por qué los británicos y franceses se repartieron el Medio Oriente en 1916?

 

Gran parte del Medio Oriente estuvo ocupado durante 400 años por el Imperio Otomano que lo había dividido en administraciones locales.  Los británicos y franceses en su búsqueda por apoderarse de las regiones más ricas del planeta también comenzaron a penetrar el Medio Oriente en el siglo XIX.  Es así que los franceses desembarcaron en Argelia en 1830 (hasta que fueron expulsados en 1962)  y los británicos inauguraron en 1869 el Canal de Suez en tierras egipcias, que quedó en sus manos hasta que en 1956 el presidente Gamal Nasser lo nacionalizó.

 

A raíz de la Primera Guerra Mundial el Imperio Otomano se desintegró y los franceses e ingleses tomaron control del Medio Oriente.  Por medio de un tratado secreto -conocido como “Sykes-Picot” por el nombre de los funcionarios que lo firmaron- en 1916 las dos potencias coloniales se repartieron la región.  Su objetivo era el de ocupar lugares geoestratégicos y los puertos, fundamentales para el comercio mundial cuando ya quedaba claro que la región era una fuente inagotable de petróleo.  Durante el transcurso de la guerra los británicos ocuparon Palestina en 1917.  Palestina, cuyo nombre remite a tiempos del Imperio romano, no tenía una delimitación geográfica específica en la antigüedad y el nombre tampoco era de uso oficial otomano.  Al concluir la guerra las potencias vencedoras  trazaron líneas fronterizas de manera arbitraria que llevaron a la creación de casi todos los países que se conocen en la actualidad.   Así los británicos unieron zonas alrededor de tres ciudades –Mosul, Bagdad y Basora- y crearon Irak.

 

De acuerdo con las prácticas coloniales en 1920 el gobierno británico envió a Herbert Samuel como su representante para gobernar Palestina.  Samuel, que pasó por diferentes cargos gubernamentales, era judío y apoyaba el proyecto sionista; y en 1914 ya había sugerido que se hiciera de Palestina un hogar para los judíos.

 

El 24 de julio de 1922  la Liga de las Naciones (antecesora de las Naciones Unidas) les concedió a los británicos un mandato legal sobre el territorio de Palestina que incluyó durante un tiempo gran parte de lo que hoy es Jordania.

 

Esto quiere decir que el territorio de Palestina, en disputa por israelíes y palestinos, es el producto de la división que hicieron los franceses y los ingleses de la región en 1916.  Entre 1916 y 1948 se lo conocía como “El Mandato británico de Palestina”.

 

  • ¿Cuál fue la importancia de la Declaración Balfour de 1917?

 

A medida que los británicos vislumbran la desintegración del Imperio Otomano fueron urdiendo una trama de alianzas para el control de la región, incluyendo Palestina.  El representante británico en El Cairo, Henry McMahon, en 1915 ya mantenía fluidos contactos con líderes árabes y les había prometido el apoyo a una futura independencia árabe de casi todo el Medio Oriente a cambio de colaboración para luchar contra los turcos.

 

Los británicos, con la experiencia y habilidad típica de las potencias coloniales, mientras negociaban una independencia para los árabes les prometían a los judíos su apoyo para un hogar nacional judío en Palestina.  Por lógica, ambas promesas eran contradictorias entre sí.

 

El 2 de noviembre de 1917 el canciller británico, Arthur James Balfour, le escribió una carta al barón Lionel Rothschild, por ese entonces un ex diputado y banquero judío muy importante, para que se la hiciera llegar al movimiento sionista con el cual tenía estrechos vínculos.  En la carta decía que “el gobierno de su Majestad contempla favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización de dicho objetivo”.  También agregaba que “se entiende que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina”.  Si bien esa carta no mencionaba la creación de un Estado y no implicaba ningún compromiso legal, para el movimiento sionista fue fundamental.  Representaba el primer reconocimiento para su proyecto, y nada más y nada menos que de la primera potencia mundial de la época.  De allí en más el movimiento sionista tomó la “Declaración Balfour” como si ésta tuviera un viso de legalidad y les concediera legitimidad sobre Palestina.  El origen europeo del movimiento sionista y la relación afín con muchos de sus dirigentes fue visto por los británicos como una garantía de que una alianza con ellos serviría a sus proyectos en el Medio Oriente.  Los líderes árabes se sintieron traicionados. Se habían levantando en armas contra los turcos y ahora los británicos les estaban ofreciendo a los judíos, que eran apenas el 10 por ciento de la población en Palestina, la posibilidad de crear un Estado propio, en franca contradicción con lo que les habían prometido.

 


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