Las asambleas en la Argentina

Las asambleas en la Argentina

(Hika, nº 147, septiembre de 2003)

 

El surgimiento de las Asambleas formadas por vecinos autoconvocados después de la insurrección del 19 y 20 de diciembre de 2001 representa uno de los fenómenos más novedosos e interesantes de la política argentina contemporánea. Sin que existiera una convocatoria, ni se registraran antecedentes de fuste -salvo algunas experiencias aisladas- el pueblo argentino encontró una nueva forma de organización que ni siquiera representa la elaboración teórico-histórica de prácticas similares en procesos revolucionarios tales como la Comuna de París de 1871, los soviets de 1905 y 1917, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de Cuba o los Comités de Defensa Sandinista (CDS) de Nicaragua.

 

Lo novedoso del fenómeno -en especial si toman en cuenta las experiencias del siglo XX– es que las Asambleas no surgieron por iniciativa de ningún partido político que hubiera diseñado esta forma de organización democrática de las masas como base de una movilización que tuviera como objetivo la toma del poder político. La convocatoria a la formación de Asambleas en los diferentes barrios fue la iniciativa personal de individuos en su carácter de vecinos que, en muchos casos, no habían tenido actividad política de ningún tipo.

 

Dado que la mayoría de las Asambleas surgieron en el perímetro de la Capital Federal que tiene el PBI más alto del país1 y cuya población de clase media está concentrada en el corazón de la Argentina, existió una tendencia a analizar el surgimiento de las Asambleas como una reacción de los sectores medios a la confiscación de sus ahorros realizado por el ministro de economía Domingo Cavallo en diciembre de 2001. Sin embargo, consideramos que este análisis es una simplificación que no toma en cuenta la profunda transformación que ha vivido la Argentina en la década del noventa producto de las reformas neoliberales implementadas por el gobierno de Carlos Menem y que llevó al empobrecimiento de amplios sectores de la clase media. Como bien señala Ana María Fernández en un trabajo de investigación de la Universidad de Buenos Aires “La opinión de los medios, de dirigentes políticos y de intelectuales de diversas orientaciones políticas y/o ideológicas que consideraron en un primer momento que se trataba de una protesta de la clase media por la recuperación de sus ahorros parecía quedar estrecha para dar cuenta de este fenómeno”.2

 

Además, si bien hasta la reelección de Menem en 1995 existió un cierto encandilamiento por las reformas neoliberales, también es cierto que las luchas sociales no cesaron y que son un antecedente de la insurrección que derrocó al gobierno de Fernando de La Rúa el 20 de diciembre de 2001.

 

LA DECADA DEL NOVENTA. La Argentina, junto con México y Perú, fue uno de los países tomado como modelo por los organismos financieros internacionales respecto de las reformas neoliberales que se implementaron desde finales de la década del ochenta en América Latina.3 Como casi en ningún otro país, en la Argentina se impuso la idea generalizada de que todo lo público era ineficiente y que había que achicar el Estado, que la única manera para que las empresas de servicios funcionaran era privatizándolas, que así se reducirían gastos y se eliminaría la corrupción. Bajar el gasto público, abrir los mercados, flexibilizar y modernizar los mercados laborales, quebrar el poder de los sindicatos y reducir los gastos sociales, entre tantos otros postulados, se repetían incansablemente en los medios de comunicación. Sin embargo, en vez de arribar al Primer Mundo como prometía el presidente Menem, la brecha en la distribución de la riqueza se incrementó de forma considerable así como la pobreza de extensos segmentos de la población.

 

Según datos del Instituto Nacional De Estadísticas y Censos (INDEC) para la Capital Federal y Gran Buenos Aires, donde se concentra casi la mitad de la población, en 2002 el 10% más rico de la población recibió el 38,8% de los ingresos totales, mientras que al 10% más pobre le correspondió apenas el 1,3%. La brecha que separa los ingresos de los más ricos de los más pobres se amplió a 29,8 veces siendo que en 1974, cuando el INDEC comenzó con este relevamiento, era de apenas 12,3 veces.4

 

Para la socióloga Susana Torrado, en la Argentina el modelo impuesto en los noventa produjo pobreza sin inflación ya que en 1991 había un 21,5% que vivía debajo de la línea de pobreza y después de una curva ascendente con inflación nula desde 1994 llegó al 26% en 1998.5 Un mes antes de la caída de Fernando De la Rúa, un estudio de la consultora Equis, dirigida por el sociólogo Artemio López, consignaba que 40% de los argentinos vivía por debajo de la línea de la pobreza, sumando 14 millones de personas, y que durante el 2001 730 mil personas habían cruzado esa línea.6 Respecto de los niveles de ocupación, en 1990 los desocupados y subocupados sumaban 18%, pero habían trepado al 28,1 % en 1999.7

 

Estos datos son los que permiten entender la aparición de tres nuevos fenómenos de la política argentina, (a) los piqueteros; (b) las experiencias de autogestión en las fábricas gestionadas por los trabajadores; y (c) las asambleas.

 

(a) Los piqueteros son un producto directo del cierre masivo de industrias privatizadas que daban trabajo a decenas de miles de obreros y que una década después de su privatización dejó sin empleo al 80% de sus trabajadores8 lo que provocó que las viejas identidades vinculadas al trabajo y a las demandas sindicales se transformaran. No es casual que muchas organizaciones piqueteras adopten el nombre de Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD).9

 

En este sentido, el corte de ruta, que da origen al piquete, es una nueva forma de lucha que permite entrelazar ocupados en todas sus vertientes -y con diversas demandas- con los desocupados que han sido expulsados del mercado formal. Además, se suma a las diferentes huelgas generales realizadas por las diversas centrales sindicales y la revuelta del 16 y 17 de diciembre de 1993 en la Provincia de Santiago del Estero donde miles de personas destruyeron los símbolos del poder (poder ejecutivo, legislativo y judicial) y las propiedades de varios políticos.10

 

(b) Según la investigación de un grupo de sociólogos de la Universidad de Buenos Aires, el 18 de agosto de 2000 los obreros de la fábrica metalúrgica Gip Metal, en Avellaneda, que habían sido despedidos, decidieron ocupar la fábrica y comenzar a producir por cuenta propia. Desde ese momento comenzó en la Argentina un proceso inédito de recuperación de fábricas quebradas y abandonadas. Estas no son tomas motivadas por cuestiones ideológicas ya que el objetivo principal es la defensa del trabajo y la mayoría de los que impulsaron las tomas carecían de experiencia política o gremial. En poco más de dos años, más de 100 fábricas están siendo gestionadas por los trabajadores en diversas modalidades11 lo que dio pie al nacimiento del Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas.

 

(c) Si bien estos hechos marcan la protesta de varios sectores sociales en diferentes regiones del país, el fenómeno más importante para comprender el surgimiento de las Asambleas en las grandes ciudades es el empobrecimiento de las clases medias que dio origen a la for-mación de una nueva capa social muy heterogénea e híbrida denominada los nuevos pobres.

 

Esta categoría novedosa se caracteriza por lo heterogénea e híbrida. Pertenecen a esta capa social profesionales, empleados del sector público y privado que han caído de manera abrupta o escalonada; otros que han perdido su lugar de trabajo y no encuentran uno nuevo, han dejado de salir de vacaciones, no pueden pagar más las cuotas de un colegio privado ni de la medicina prepaga que adquirieron en los noventa, venden el coche, o comenzaron arreglos en sus casas que debieron abandonar a medio hacer. Están lo que decidieron aceptar los retiros voluntarios en los procesos de privatización y terminaron quebrando en los nuevos emprendimientos que iniciaron. Hay quienes tuvieron un trabajo estable y una buena posición durante varios años y ahora, en la curva de la madurez, se las arreglan como cuentapropistas sin ningún tipo de beneficios sociales ni perspectivas de un futuro mejor.

 

A diferencia de los pobres estructurales, que están concentrados en áreas geográficas delimitadas (por lo general villas miserias) la pobreza de las clases medias es difusa y dispersa en las grandes ciudades, e invisible o de puertas adentro porque cualquier edificio de clase media puede albergarlos.12 En el citado estudio de la Consultora Equis se consigna que en la Capital y el Gran Buenos Aires donde viven 4,5 millones de pobres, el 60% proviene de la clase media.

 

La descomposición social, la desocupación, y la estrepitosa caída de las clases medias son los elementos sociales que confluyeron en una bomba de tiempo que estalló el 19 y 20 de diciembre de 2001 y que derivó en el surgimiento de las Asambleas.

 

EL SURGIMIENTO DE LAS ASAMBLEAS. Una de las particularidades de la insurrección del 19 y 20 de diciembre generada por la salida a las calles de miles de personas golpeando sus cacerolas fue su carácter inusitadamente espontáneo13 sin banderas partidarias y sin que ninguna organización política pudiera reclamarla como propia.

 

A diferencia de las manifestaciones políticas tradicionales con los militantes encolumnados detrás de banderas partidarias, el 19 de diciembre, después de las diez de la noche, miles de familias recorrieron las calles de la ciudad de Buenos Aires (y otras provincias) con sus hijos pequeños sobre sus hombros e incluso llevando a sus perros en un clima totalmente festivo a pesar de que se movilizaban desafiando el estado de sitio. Mareas humanas surcaron las principales avenidas mientras desde los balcones miles de personas golpeaban sus cacerolas con alegría y bronca convirtiendo a la cacerola en un arma de resistencia. Y por primera vez en la historia argentina, un gobierno civil fue derrocado por una movilización popular sin que tomaran parte las Fuerzas Armadas.

 

El carácter espontáneo de la masiva participación en el cacerolazo del 19 de diciembre y el efecto que tuvo -el derrocamiento de un presidente- no pudo ser canalizado por ningún partido político justamente por el descrédito hacia todas las fuerzas políticas, incluidas las opositoras de izquierda, aunque éstas no han tenido experiencia de gestión gubernamental. El 19 de diciembre la irrupción en las calles fue una reacción directa contra el decreto de estado de sitio del presidente De la Rúa y la forma de desafiar al poder esa noche permite aventurar que el ciclo iniciado el 24 de marzo de 1976 se cierra con la impertinente y masiva violación del decreto restrictivo de los derechos civiles.14

 

A poco más de un año de su creación creemos necesario diferenciar dos etapas de las Asambleas. La primera estuvo marcada por la necesidad de permanecer en las calles. La segunda, una vez consolidadas, por la búsqueda de legitimidad en su ámbito natural, el barrio.

 

1. LA REAPROPIACIÓN DE LAS CALLES. Después del cacerolazo del miércoles 19 de diciembre se realizaron tres cacerolazos más sin que mediara organización alguna. El viernes 28 de diciembre contra el presidente Rodríguez Saa -que había asumido el día 23- por el nombramiento de políticos conocidos y desprestigiados. El martes 1 de enero, otro, la misma noche que asumía como presidente Eduardo Duhalde- y el jueves 10, el cuarto. En todos, las características fueron las mismas: su inorganicidad, la falta de preparación, el desconocimiento de su realización hasta que aparecía el sonido de las cacerolas, la masiva participación de familias y de personas que nunca habían participado de manifestaciones callejeras, y una consigna única que se fue imponiendo: “Que se vayan todos”. Recién el viernes 25 de enero, bajo una lluvia torrencial, se realizó el primer (quinto) cacerolazo planificado, esta vez organizado por decisión de las Asambleas barriales de reciente creación.

 

Lo que marcan los cacerolazos es la efervescencia política que se vivió en la Argentina después de la caída de De la Rúa; la necesidad de seguir manifestándose de manera espontánea, original, y por fuera de las estructuras partidarias, y la disposición de la gente a permanecer en las calles.

 

No es casual que el surgimiento de las Asambleas tampoco fuera el producto de la convocatoria de los partidos políticos, de centrales sindicales, ni siquiera de movimientos sociales. Las Asambleas son, en primer lugar, fruto de la movilización exitosa del 19 y 20 de diciembre que le permitió comprobar a la gente devenida en pueblo su fuerza al derrocar a un gobierno constitucional, hecho sin precedentes en la historia argentina y que en la década de¡ noventa en América Latina se repitió sólo en otros cinco países.15

 

La noche del 19 tuvo la dinámica típica de los momentos de efervescencia revolucionaria. Se salió a las calles contra el estado de sitio, se marchó sin que nadie diera la orden hacia la Plaza de Mayo que es el símbolo del poder político y hacia la casa del ministro de Economía, Domingo Cavallo, -considerado responsable de la crisis económico-financiera– para repudiarlo in situ y exigir su inmediata dimisión. Cuando los medios de comunicación anunciaron la renuncia de Cavallo nadie quiso conformarse con ese hecho y abandonar las calles. Se redobló la apuesta pidiendo que se fueran todos, y en primer lugar el presidente de la nación. El retorno a los hogares después de las 2 de la mañana y la reaparición en la Plaza de Mayo al día siguiente resistiendo la represión policial forzaron la renuncia de De la Rúa y no hicieron más que reafirmar que no había que abandonar las calles.

 

Las asambleas son una consecuencia directa de la necesidad de permanecer en las calles, espacio público recuperado masivamente. Por eso no es casual que todas hubieran comenzado a reunirse en las esquinas o en plazas públicas como gesto de presencia en el lugar (re)apropiado durante el 19 de diciembre. “Nadie sabe quién citó ni para qué: ¿Reunión de vecinos, cacerolazo, asamblea? Apenas tímidos e ignotos cartelitos (…) En la esquina de la sombra, un grupito con cara de, mira a un grupito en la vereda del sol, y otro en la tercer esquina, y en la cuarta (…) alguien convocó pero nadie convocó (…) En medio de la calle, en medio de la nada, se confecciona el cartel: día, hora y lugar de la reunión. Se muestra a la gente. Se lee. En la plaza, se canta el himno. Acaba de nacer una Asamblea barrial”.16

 

Las primeras reuniones de las Asambleas fueron de refundación (a) política, (b) cultural y (c) espacial. No es que no existieran asambleas en diversos ámbitos, pero éstas siempre se constituían para una actividad o conflicto, tanto en las fábricas como en la universidad, o incluso en un barrio por un reclamo puntual. Siempre eran convocadas por alguna organización política o social y desaparecían al poco tiempo. De hecho, al ser un fenómeno novedoso ni siquiera tenían un marco de referencia espacial.

 

a) En lo político. Toda persona puede participar de las Asambleas sea cual fuere su origen político, militancia partidaria o ideología. No se pone ninguna condición para participar de las mismas. De hecho, es un lugar de encuentro de: personas que por primera vez salen a las calles a protestar sin ninguna experiencia política previa, militantes de partidos políticos y movimientos sociales (principalmente de izquierda), antiguos militantes de la década del setenta que después de muchos años encuentran un espacio ideológicamente amplio. Asimismo, es transversal en lo que respecta a la pertenencia de clase. Es más, incluso participaron desde el primer momento, en su carácter de vecinos, funcionarios de segunda línea del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en un intento de despegarse del régimen que venía de ser derrocado aunque esto provocara muchos roces dentro de las Asambleas.

 

b) En lo cultural. Uno de los primeros debates fue respecto de la denominación de las Asambleas: ¿vecinales? ¿Barriales? ¿Populares? Cada Asamblea decidió el nombre de manera autónoma según la mayor o menor influencia de los partidos de izquierda que presionaron por la definición de populares. En el barrio de San Telmo hubo un acalorado debate al respecto. “‘¿Por qué no votamos un nombre?’, insta un vecino, sentado en una tarima y después de varios intentos se llega a la votación. Empieza entonces la discusión sobre el nombre, si ‘Autoconvocados de San Telmo’, como propone uno; ‘y de Monserrat’, como agrega otro; ‘Asamblea Popular de San Telmo’, sostiene un tercero; ‘y de Monserrat’, agrega el otro; ‘Saquémosle Popular para no espantar a los vecinos que no tienen práctica de militancia’, reflexiona el actor; ‘Multisectorial Vecinos de San Telmo Carlos Almirón’, propone el docente; ‘y de Monserrat’, insiste el otro. Gran abucheo, aunque también hay aplausos y apoyos.”17

 

c) Lo novedoso también es que son autoconvocadas, lo que permite que los vecinos la sientan como propia desde un primer momento. Todos son dueños de la Asamblea y nadie es su dueño. A diferencia de los partidos políticos donde uno se suma a una estructura existente y donde claramente están establecidas las jerarquías, en las Asambleas cualquiera se puede incorporar en todo momento en un plano de absoluta igualdad.

 

Por otra parte, como reacción a la política tradicional las Asambleas nacen con un rechazo a los liderazgos y de hecho, hasta el día de hoy, la búsqueda de una práctica horizontal es una de las inquietudes de todas las Asambleas. Por esta razón nadie puede determinar de qué se habla y de qué no y en un primer momento tuvieron una alta cuota de catarsis, de necesidad de descarga de la bronca, de manifiesto entusiasmo por demostrar solidaridad entre pares. Había quienes planteaban sus problemas laborales, los ruidos molestos provocados por otros vecinos, el aumento de los precios de los medicamentos, la confiscación de los ahorros, la corrupción, los efectos del neoliberalismo y cualquier otro tema que tuviera que ver con la vida política y cotidiana.

 

La mayoría de las Asambleas no tienen prefijado un orden del día. Una vez que están todos juntos -aunque uno llega y se va cuando quiere- cada vecino es libre de proponer cualquier tema para que el conjunto lo debata. Ante la imposibilidad de discutir todo y la necesidad de encontrar una vía organizativa para tareas puntuales surgieron las comisiones específicas donde se debaten más en profundidad los temas que 50 o 100 personas no pueden abarcar a lo largo de 3 o 4 horas.

 

A diferencia de las reuniones políticas tradicionales, la asamblea suele tener un clima barrial/familiar donde los vecinos incluso se acercan con sus propias sillas traídas de sus hogares o los perros que acompañan las reuniones y las marchas.

 

d) En lo espacial. La mayoría de las Asambleas se reúnen en las calles, se muestran, son visibles. Algunas adoptaron el nombre del cruce de calles donde se concentran (Corrientes y Juan B. Justo), de una plaza (Plaza Dorrego), o de un barrio (Liniers), refundando espacios y desconociendo las divisiones barriales existentes en la memoria colectiva o las instrumentadas por los organismos gubernamentales que han dividido la ciudad en 16 circunscripciones electorales.

 

Ignorando cualquier tipo de experiencia previa los vecinos deciden organizar la Asamblea sobre una base territorial, como una continuidad de la salida a las calles el 19 de diciembre que se hizo desde los barrios. Por la hora tardía del discurso del presidente De la Rúa, la mayoría de la población estaba en sus hogares al momento de que estallara su indignación personal por el estado de sitio, y lo trasladara a lo político cacerola en mano.

 

El lugar de expresión política fue la casa de cada uno, que cobró otra dimensión al encontrarse en la calle con conocidos y desconocidos que -unificados por la cacerola y sin necesidad de consignas políticas- ocuparon el barrio para protestar. Muchos comenzaron a marchar, pero muchos más se quedaron allí donde estaban, en las esquinas del barrio, golpeando sus cacerolas. La calle, convertida en terreno peligroso durante la dictadura militar por temor a la represión, y en democracia por la violencia delictiva, es buscada como objeto reapropiatorio que quiebre el individualismo y el encierro puertas adentro de décadas. “…estuvimos muchos años en el ‘no te metás’, la gente tenía mucho miedo. (…) la gente se manifiesta con dolor. Gente que nunca pudo gritar lo que pasaba”.18

 

Por esta razón, y sumado al hecho que el clima del verano lo alentaba, las Asambleas comenzaron a reunirse en plena calle y desde la primera reunión se construyó una nueva identidad (Corrientes y Juan B. Justo) porque los asambleístas deciden en qué área -al margen de todo lo constituido- comenzarán a actuar.

 

2. LA CONSOLIDACIÓN Y LAS ACCIONES CONCRETAS EN LOS BARRIOS. El fenómeno de las Asambleas incluso fue visto positivamente -en un primer momento- -por los medios de comunicación ligados históricamente a la burguesía argentina ya que consideraban que éstas representaban una reacción positiva a los desprestigiados partidos políticos porque los asambleístas abiertamente los repudiaban. El primer artículo del diario La Nación que las analiza incluso considera que “las Asambleas vecinales (son), cuna de futuros líderes” (27 de enero, 2002). Sin embargo, dos semanas después un editorial del diario alertaba de que podían convertirse en soviets.19

 

La caracterización de revolucionaria de la situación vivida en la Argentina por algunos partidos de izquierda llevó a que éstos intentaran que las Asambleas -junto a otros sectores sociales- no abandonaran las calles y mantuvieran un grado de movilización permanente alrededor de todas las reivindicaciones sociales, algo que fue imposible de sostener salvo para aquellos militantes dispuestos a correr detrás de cuanta manifestación se organice. La movilización no se pudo sostener -en primer lugar- por la consolidación del gobierno de Eduardo Duhalde que tenía el apoyo del principal partido político, el peronismo, y había logrado llenar el vacío producido después de la caída de De la Rúa. Segundo, porque la consigna “que se vayan todos” no podía concretarse en la realidad por la falta de una alternativa real que pudiera hacerse cargo del vacío de poder que el peronismo sí había logrado llenar. La existencia de más de 100 asambleas en el centro neurálgico del país y unas 200 en todo el territorio nacional no las convertía per se en organismos de doble poder -en el sentido soviético del término- con capacidad de disputarle el poder político al gobierno.

 

Dado que las Asambleas no tienen antecedentes históricos ni espejos en los cuales mirarse, durante los primeros meses las reuniones se caracterizaron por la búsqueda de un camino que permitiera orientarlas políticamente. Como dice Pepa Vivanco, de la Asamblea de Scalabrini Ortiz y Córdoba, “tenemos la sensación de estar construyendo algo nuevo, pero no sabemos exactamente de que se trata”.20

 

Los militantes de los partidos de izquierda, munidos de un saber histórico, intentaron imponer sus consignas revolucionarias aunque la realidad demostrara que decrecía la movilización general. Y también se enfrascaron en tediosos debates que los tenía como protagonistas antagónicos según su extracción partidaria y que estaban muy lejos de reflejar las necesidades concretas de los vecinos por reconstruir los tejidos sociales en el barrio.

 

“¿Cómo abortar un proceso asambleario? ¿Cómo reducir una asamblea de 400 personas a una de 75? (…) En nuestra asamblea existen varios grupos políticos identificados y semi-identificados y otros en proceso de identificación… digo esto porque al principio algunos que ni se saludaban, no decían nada sobre eso y a medida que nos fuimos conociendo, nos dimos cuenta que se conocían de antes de otro lado y que venían juntos… y hasta comenzaron a animarse a decir ‘soy del MST’, ‘soy del PTS’, ‘soy Militante de la no violencia activa’… (PH), (…) La intervención desesperada de los grupos políticos que a horas de definirse el sí o el no al congreso piquetero, fueron con refuerzos humanos votantes y esto fue notorio (…) ¿Y por qué se estaba yendo la gente? Porque se rompió el clima asambleario en base a acusaciones, insultos y mantos de sospecha por parte de los militantes de las corrientes a cuanto inexperto vecino se mandase un cagada (…) Las corrientes deberían tener otra conducta, están aparateando las asambleas… las quieren dirigir y nadie los llamó para eso… actuar así no es ser revolucionarios es estar en contra del proceso de organización más grande que viviera esta ciudad y este país en décadas… están abortándolo”.21

 

En realidad, el problema mayor de la izquierda radica en que (a), no previeron el cacerolazo del 19 de diciembre y el efecto que éste tendría para derrocar a De la Rúa; y (b), no imaginaron ni tenía en su acervo ideológico la formación de las Asambleas. No obstante, hay que señalar que una de las contribuciones más importantes de los partidos de izquierda fue la de tratar de conectar a las Asambleas que iban surgiendo a través de una Asamblea de Asambleas que se reunía los domingos a la tarde en un parque público (Parque Centenario). Conocida como la Interbarrial, los domingos de enero y febrero de 2002 miles de personas concurrieron a discutir al aire libre en un clima festivo todos los temas que cada Asamblea planteaba.

 

“La primera reunión Interbarrial -escribió Modesto Emilio Guerrero- se realizó el segundo domingo de enero, cuando ya funcionaban unas veintitrés asambleas vecinales. No todas asistieron, aún así se reunieron unas trescientas personas. Hasta su segunda reunión, funcionó mediante una lista de oradores y orden del día que se confeccionaba caóticamente, como todo hasta ese momento. Se debatía libremente, aunque predominaban los pronunciamientos y expresiones generales (…) Al segundo encuentro de barrios asistió casi el doble de vecinos. La tercera contó con casi dos mil personas; la cuarta con más de dos mil quinientas, y a la quinta asistieron casi tres mil miembros. Desde esta asamblea, la cantidad comenzó a mermar con la misma fuerza que ascendió. La última, del domingo 24 de febrero, contuvo unos dos mil setecientos asistentes”.22

 

En vez de que la Interbarrial recogiera las inquietudes de cada Asamblea, la necesidad de los partidos de izquierda de imponer sus consignas llevó a que la Interbarrial se convirtiera en un ámbito de debate estéril entre partidos. Sergio, de la Asamblea de Liniers leyó un discurso en la misma Interbarrial criticando el accionar de esos grupos: “Quienes estamos participando sabemos que hoy las asambleas están pasando por un reflujo objetivo, pero parte de este reflujo es debido a las peleas de los aparatos de MST y PO fundamentalmente (pero tampoco escapan la mayoría de los demás partidos de izquierda) quienes en vez de ayudar al desarrollo de las asambleas han hecho de ellas un coto de caza o un trampolín para imponer sus propias tácticas. No solo han dividido el Acto del 1ro de mayo, sino que como todas saben hubieron en Parque Centenario dos brutales batallas campales para regocijo de la derecha y del gobierno”.23

 

Vaciada de su contenido dinámico y de encuentro inicial, el enfrentamiento físico entre militantes terminó por destruirla.

 

Una vez que las movilizaciones fueron menguando y ante la llegada del frío invierno, las Asambleas se plantearon el abandono de las calles. Lentamente, de movimiento de protesta callejero las Asambleas pasaron a tener como objetivo la reconstrucción del entramado social. Como señalan Julieta Mira y Carlos Juárez Aldazábal, “ante el tejido social corroído durante décadas por las formas dictatoriales y democráticas del capitalismo neoliberal, desde el barrio se apostaba a una nueva construcción, un nuevo inicio de la Nación desde una nueva voluntad colectiva”.24

 

Tomando en cuenta las diferencias y particularidades de cada barrio, las Asambleas fueron organizando compras comunitarias, ollas populares para los más necesitados, bolsas de trabajo para desocupados, encuentros culturales, comedores, marchas contra los aumentos de precios de las empresas de servicios privatizados o apoyando a los trabajadores que habían tomado fábricas.

 

En este sentido, La Trama, un encuentro entre la cultura y la política organizado por la Asamblea de Palermo Viejo el 25 y 26 de mayo de 2002, refleja esta intencionalidad de reconstruir el entramado social en el barrio. Palermo Viejo cambió su fisonomía en los últimos cinco años. De ser un barrio donde se concentraban bodegas y talleres de reparaciones de autos, pasó a convertirse en un barrio poblado por pequeños bares, restaurantes y teatros. Esta metamorfosis tuvo su origen en la instalación del diario El Cronista Comercial en el corazón del barrio y de varios canales de televisión, que atrajeron periodistas, actores y gente de la cultura.

 

La Trama permite entender cómo fue evolucionando el propio pensamiento de los asambleístas. La idea surgió porque en el barrio hay muchos teatros y porque, pero uno de los problemas de los vecinos del barrio que viven allí desde hace mucho tiempo es que no lo conocen, y éste en particular tiene características históricas interesantes. Una vez que alguien propuso la idea de hacer algo para conocer el barrio, surgió la idea de hacer una caminata. En la asamblea hay un joven que conoce muy bien el barrio por ser repartidor de diarios y, junto a unos arquitectos, organizó un recorrido. Salieron treinta y cinco miembros de la asamblea un sábado a la tarde, con perros y bicicletas a recorrer el barrio.

 

Reconocieron las casas más antiguas, las bodegas que se usaron en algún momento, el problema del olor que existía sesenta o setenta años atrás y que hoy ya no existe. Al recorrerlo descubrieron una gran cantidad de teatros, bares y restaurantes, y que uno de los problemas que hay a nivel cultural es que si la gente quiere ir al teatro tiene que salir del barrio, va al centro de la ciudad. Siendo que Palermo Viejo tiene muchos lugares que están ligados a la cultura, centros culturales y demás, ¿por qué ir fuera del barrio si lo tienen dentro de él? Además, por qué no organizar una actividad en el barrio, para la gente del barrio y con acceso gratuito?

 

Los asambleístas, en vez de llevarle al barrio una propuesta armada y cerrada, lo recorrieron para que la gente se sumara a la propuesta y encontraron que muchos se querían sumar. Lo que comenzó con una idea de veinte actividades, terminó congregando unas doscientas. Los bares y restaurantes se ofrecieron para hacer menúes promocionales el fin de semana, para exponer cuadros y hacer muestras donde pudieran exponer pintores; los teatros ofrecieron hacer obras con entrada gratuita; muchos espacios culturales se ofrecieron para hacer mesas políticas. Tal vez uno de los hechos más novedoso fue que los bares y restaurantes abrieron sus puertas para que se realizaran debates políticos y que en un espacio cerrado se organizara una feria artesanal.

 

La Trama del 25 y 26 de mayo fue una muy modesta experiencia de autogestión, porque fue la Asamblea que articuló a los diferentes sectores sociales del barrio. Si bien es difícil calcular cuánta gente participó, Julieta Mira, integrante de la Asamblea estima “que más de 5.000 personas se acercaron al barrio a participar del encuentro”.25

 

Una característica que han desarrollado las Asambleas es que combinan el reclamo al Estado y la organización al margen del Estado suplantándolo incluso donde se ha retirado como producto de los procesos de privatización de los servicios sociales. “(Comedores, merenderos) todo esto es parte de una economía de resistencia -dice Gustavo Vera de la Asamblea 20 de diciembre de Parque Avellaneda-. Desde marzo la agenda de las asambleas cambió, la devaluación atacó el bolsillo y ahora se enfatizan el hambre y la desocupación. Hay una metamorfosis social catastrófica. Sin comer no se puede dar batalla”.26

 

El sociólogo peruano Aníbal Quijano considera que “los Estados en la periferia han comenzado a trabajar contra la mayoría de sus poblaciones, porque han sido reprivatizados. No existe la posibilidad de recapturar este Estado; pero al mismo tiempo hay otro proceso más extendido de lo que se sospecha. Hay un proceso de formación de nuevas formas de autoridad política cuya tendencia es comunal y el desarrollo de este proceso no puede hacerse sin la lucha contra el Estado”. Tomando en cuenta la experiencia de Ecuador, y de las asambleas en la Argentina, Quijano se atreve a profetizar que “lo que viene es la emergencia de reconstitución de formas de autoridad pública que suponen un autogobierno donde los electores tienen la posibilidad de usar mecanismos M control inmediato de sus elegidos”.27

 

Esto es justamente lo que sucede con muchas Asambleas, cuando algunas de sus iniciativas político-sociales reemplazan al Estado, y le dan a su accionar la característica de un doble poder de hecho. “Con resistencias en algunos, con la intuición de la necesidad en otros -los más vecinos, los más ligados al medio territorial-, las asambleas han ido de a poco asumiendo esta situación y el hecho de que deben encarar simultáneamente todas las tareas que antes cumplían los organismos que han desaparecido; más que querer ser todo los asambleístas sentían que debían serlo”.28

 

Las tomas de espacios estatales (y otros privados) abandonados y recuperados por las Asambleas es uno de los hitos fundamentales de la experiencia asamblearia. Fruto de la necesidad de tener un espacio físico donde reunirse durante el invierno, lo que en muchos casos surgió como necesidad física terminó constituyendo experiencias autogestionarias. Las Asambleas tomaron terrenos baldíos, espacios de tierra a la vera del ferrocarril, clínicas abandonadas, bares y pizzerías cerrados o mercados municipales abandonados por años, siempre con el objetivo de darle un contenido comunitario.

 

Tal vez uno de los casos más interesantes de recuperación de predios haya sido el de la Clínica Portuguesa. En agosto de 2002 dos asambleas del barrio de Flores que necesitaban un espacio donde reunirse decidieron ingresar en el edificio abandonado hace seis años de lo que había sido una clínica y que estaba clausurada. Grande fue su sorpresa al encontrar en su interior cuatro pisos equipados con instrumental médico y las instalaciones en perfectas condiciones. Frente a la nueva situación, los asambleistas cambiaron sus planes y decidieron convocar médicos y enfermeros para reacondicionar la clínica y armar un proyecto de obra social que permitiera que los trabajadores de las fábricas tomadas que carecen de cobertura médica tuvieran acceso a la salud.

 

La Asamblea de Palermo Viejo recuperó las callecitas que rodean a un mercado municipal semiabandonado e impulsó allí un proyecto productivo para decenas de personas que a raíz de la falta de trabajo apelan a la fabricación de artesanías como método de subsistencia. Sugestivamente, los artesanos decidieron bautizar a la feria La Trama, por considerarla una continuación de aquella que había funcionado durante el evento La Trama que había organizado la Asamblea meses atrás.

 

Los lugares recuperados, que no le aportaban nada al barrio excepto mugre, peligro de contaminación y riesgo para la comunidad fueron transformados en espacios de participación colectiva. En vez de luchar solamente por la toma revolucionaria del poder, después de la cual todo cambiaría, muchas Asambleas han constituido formas embrionarias de poder alternativo que han sido legitimadas por los vecinos y por las autoridades locales.

 

CONCLUSION. Ha pasado un año desde la creación de las Asambleas que han realizado un cambio cualitativo desde su surgimiento. Pasaron por una etapa de movilizaciones (que tampoco han abandonado) para ir construyendo espacios de poder en base a la organización de los vecinos, algo que el Estado/gobierno está muy lejos de poder realizar.

 

Es imposible saber adónde van las asambleas. Todo es nuevo, como con las fábricas recuperadas y el movimiento piquetero. En la fábrica metalúrgica Gip Metal pasaron 48 horas entre los despidos y la ocupación; en ese momento, los obreros no sabían hasta dónde llegarían con la medida y que ésta se extendería. Los piqueteros tampoco podían prever en 1995-1996 cuando comenzaron a organizarse que la desocupación pasaría a ser un fenómeno estructural que se agravaría.

 

Pero la formación de las asambleas ha cambiado la realidad social de la Argentina en cuatro aspectos:

 

  1. Ha contribuido a una revalorización de otros movimientos sociales, en especial de los piqueteros, habitualmente deslegitimados por los medios de comunicación debido a su persistencia en los cortes de rutas. Según Toty Flores, del MTD-La Matanza, la legitimidad de las Asambleas proviene de su origen de clase media y su relación con los piqueteros los fortaleció.29 Silvano Villagra, del movimiento piquetero Barrios de Pie, reconoce que la organización asamblearia de los vecinos también influyó en la práctica asamblearia de su movimiento.30
  2. La clase media empobrecida, después de haber sufrido las consecuencias de las reformas estructurales sin articular una respuesta social, ahora ha encontrado espacios de organización para transformar su realidad.
  3. Alrededor del barrio surge una nueva dimensión socio-política resignificativa que trasciende el mero lugar de hábitat y status. Esto es así también en el caso de los piqueteros que también remarcan lo territorial. Al haber sido expulsados del mercado formal -que por lo general mantiene separados a los trabajadores- su lugar de encuentro natural pasa a ser lo territorial. Se organizan como piqueteros allí donde viven, y realizan sus experiencias de lucha en las calles, comunitarias o de producción, también allí donde viven; esto es, en lo territorial. Lo que une a los vecinos de las Asambleas, en primer lugar, es lo espacial.
  4. El tema del poder aparece con una nueva dimensión. ¿Se lo toma? ¿Es el poder la arquitectura del Estado? ¿Se construye poder a través de las experiencias de autogestión? ¿Se construye un contrapoder? “Yo defiendo que las asambleas deben ser órganos de contrapoder y autodeterminación del pueblo -dice Elbio de la Asamblea de Ciudadela Norte- y con cada paso que damos para poner en dudas la autoridad de los gobiernos nacional, provincial y municipal estamos construyendo ese contrapoder”.31

 

Está claro que hay tareas que las Asambleas ya no esperan que las haga el Estado, toman la iniciativa y las hacen ellas mismas, como con la ocupación de predios abandonados. No se le plantea al gobierno que los arregle sino que las Asambleas los recuperan para la comunidad, también como muestra de poder. Es probable que estemos en la antesala de una nueva etapa, la de los proyectos productivos a largo plazo ligando diferentes experiencias sociales. Es imposible saber adónde van las Asambleas aunque sí es posible afirmar que como nueva forma de participación político/ciudadana han llegado para quedarse.

 

NOTAS:

 

1. El PBI de la Ciudad de Buenos Aires representa el 25% del PBI nacional; La Nación, 13.05.2002.
2. Ana María Fernández, “El mar en una botella”; publicado en la revista El campo grupal, Año 4, nº 32 – Marzo 2002, Buenos Aires.
3. Para ver un análisis minucioso respecto de la década en América Latina, ver Brieger, Pedro: “De la década perdida a la década del mito
neoliberal”. En La globalización económico-financiera. Su impacto en América Latina (AAVV), Ed. CLACSO, Buenos Aires 2002.
4. Clarín, 14 de enero de 2003.
5. Clarín, 10 de junio de 1999.
6. Clarín, 23 de noviembre de 2001.
7. Clarín, 17 de diciembre de 1999.
8. Ariel Ogando: “Desocupados y cortes de ruta en el noroeste argentino”. En revista Herramienta, nº 15. Buenos Aires, otoño 2001.
9. Ver Toty Flores, De la culpa a la Autogestión. Un recorrido del Movimiento de Trabajadores Desocupados de La Matanza. MDT Editora, Buenos Aires, diciembre 2002.
10. Ver el trabajo de Nicolás Iñigo Carrera y María Celia Cotarelo Clase obrera y protesta social en la Argentina de los ’90. Agencia Wayruro, 26 de junio 2001.
11. “Una investigación de la UBA sobre las fábricas recuperadas por sus obreros”. En Página/l2, 5 de enero 2003.
12. Para comprender en profundidad el fenómeno de los nuevos pobres, ver el excelente trabajo de Alberto Minujin y Gabriel Keesler, La nueva pobreza en la Argentina, Buenos Aires, Ed. Planeta, 1995.
13. Ver Pedro Brieger “Testimonio de una pueblada”. En El grano de arena, nº 120, 26/12/2001.
14. Ver Emilio Cafassi; Olla a presión (cacerolazos, piquetee y asambleas sobre fuego argentino. Univ. de Buenos Aires, abril 2002. Pp. 79–82
15. Antes de De la Rúa, cayeron como producto de movilizaciones populares: Fernando Collor de Melho, en Brasil, en diciembre 1992; Carlos Andrés Perez, en Venezuela, en mayo de 1993; Abdalá Bucaram, en Ecuador, febrero de 1997; Raúl Cubas Grau, en Paraguay, en marzo de 1999; Jamil Mahuad, en Ecuador, en enero de 2000; y Alberto Fujimori, en el Perú, en noviembre de 2000.
16. Alejandro Horowicz; en Oscar Caram, Que se vaya todo, Manuel Suárez Editor, Buenos Aires 2002. Pág. 22.
17. Página/12, 20 de enero de 2001.
18. Asucena, Asamblea de Almagro; en Oscar Caram, ob. cit. Pág. 30.
19. “Si bien es cierto que el auge de estas asambleas aparece como una consecuencia del hartazgo público ante las conductas poco confiables de la clase política, debe tenerse en cuenta que tales mecanismos de deliberación popular encierran un peligro, pues por su naturaleza pueden acercarse al sombrío modelo de decisión de los soviets”, (La Nación, 14 de febrero 2002).
20. Denis Rolland y y Joelle Chassin; Pour comprendre la crise argentine. Institut d’Etudes Politiques, Strasbourg, enero 2003. Pág. 186.
21. Pollo (seudónimo), Para militantes y militados, 13 de febrero 2002. En www.indymedia.org
22. Modesto Emilio Guerrero, “Emergencia y desafíos de las asambleas barriales”, revista Herramienta, nº 19, Otoño 2002; Buenos Aires, Argentina.
23. Discurso ante la Interbarrial, 25 de abril 2002. En www.palermoviejo.netfirms.com.
24. Julieta Mira y Carlos Juárez Aldazábal “Cultura y política en un barrio: La Trama de la Asamblea de Palermo Viejo”. Ponencia presentada en las V Jornadas de Sociología de la UBA, noviembre 2002.
25 Julieta Mira; “La lucha política en un barrio mirada desde la economía política. Las estrategias comunicacionales y culturales de la Asamblea Vecinal de Palermo Viejo 2002-200”. (MS, inédito)
26. Gustavo Vera, “Asamblea Popular 20 de diciembre, Parque Avellaneda”; en Oscar Caram, ob. cit., Pág. 80.
27. Entrevista con Aníbal Quijano, Buenos Aires, julio 2002.
28. Cristina Feijóo y Lucio Salas Oroño; “Las asambleas y el movimiento social”. En Qué son las Asambleas Populares, Ed. Continente/Peña Lillo; Buenos Aires, 2002. Pág. 24.
29. Entrevista con Toty Flores, enero 2003.
30. Entrevista con Silvano Villagra, enero 2003.
31. Elbio, Asamblea de Ciudadela Norte; en Oscar Caram, ob. cit. Pág. 63.

Les Assemblées de voisins, une expérience inédite dans la politique

L’émergence d’Assemblées formées à l’initiative de voisins autoconvoqués à la suite de l’insurrection des 19 et 20 décembre 2001 est l’un des phénomènes les plus intéressants et novateurs de la politique argentine contemporaine.

 

Le peuple argentin a trouvé là, sans la moindre convocation ni antécédents – à part quelques expériences isolées – une nouvelle forme d’organisation. Celle-ci ne correspond même pas à l’élaboration théorico-historique de pratiques similaires dans des processus révolutionnaires tels que la Commune de Paris de 1871, les Soviets de 1905 et 1917, les Comités de Défense de la Révolution (CDR) de Cuba ou les Comités de Défense Sandinistes (CDS) du Nicaragua.

 

Ce qui constitue la nouveauté de ce phénomène – en particulier si l’on tient compte des expériences du XXe siècle, c’est que les Assemblées ne sont dues à l’initiative d’aucun parti politique qui aurait conçu cette forme d’organisation démocratique des masses comme base d’une mobilisation ayant pour objectif la prise du pouvoir politique. La convocation à la formation d’Assemblées dans les divers quartiers est due à l’initiative personnelle d’individus, en leur qualité de voisins n’ayant eu jusqu’alors aucune activité politique.

 

Etant donné que la majorité des Assemblées ont surgi dans le périmètre de la Capitale Fédérale qui a le PIB1 le plus élevé du pays au centre duquel est concentrée la classe moyenne, on a eu tendance à analyser l’émergence des Assemblées comme une réaction des secteurs moyens à la confiscation de leurs épargnes effectuée par le ministre de l’économie Domingo Cavallo en décembre 2001. Nous estimons cependant que cette analyse est simplificatrice et ne tient aucun compte de la profonde transformation que l’Argentine a vécue dans les années 90 à la suite des réformes néolibérales conduites par le gouvernement de Carlos Menem qui ont provoqué l’appauvrissement d’amples secteurs de la classe moyenne. Comme le signale à juste titre Ana Maria Fernandez, dans un travail de recherche de l’Université de Buenos Aires, “ l’opinion des médias, des dirigeants politiques et des intellectuels de diverses tendances politiques et/ou idéologiques qui ont estimé dans un premier temps qu’il s’agissait d’une protestation de la classe moyenne pour récupérer son épargne, semblait un peu étroite pour rendre compte de ce phénomène ”.2

 

En outre, bien que jusqu’à la réélection de Menem en 1995, les réformes néolibérales aient suscité une certaine fascination, il est également vrai que les luttes sociales n’ont pas cessé et qu’elles constituent un préalable à l’insurrection qui a renversé le gouvernement de Fernando de La Rua le 20 décembre 2001.Les années 90L’Argentine fut, avec le Mexique et le Pérou, l’un des pays que les organismes financiers internationaux ont montré en exemple pour les réformes néolibérales qui furent entreprises dès la fin des années quatre-vingt en Amérique Latine.3

 

Peu de pays se sont vu imposer, comme ce fut le cas en Argentine, l’idée généralisée que tout ce qui était public était forcément “ inefficace ”, qu’il fallait diminuer l’Etat, que pour que les entreprises de services fonctionnent, la seule solution était de les privatiser, que l’on réduirait ainsi les dépenses tout en éliminant la corruption. Réduire les dépenses publiques, ouvrir les marchés, flexibiliser et “ moderniser ” les marchés de l’emploi, briser le pouvoir des syndicats et réduire les dépenses sociales, voilà ce que répétaient inlassablement les médias parmi tant d’autres postulats. En dépit de quoi, au lieu d’atteindre le “ Premier Monde ” comme le promettait le président Menem, l’écart dans la distribution des richesses n’a fait que se creuser et la pauvreté de larges segments de la population s’est considérablement accrue.

 

Selon des données de l’Institut National de Statistiques et Recensements (INDEC) pour la Capitale Fédérale et le Grand Buenos Aires, où se trouve presque la moitié de la population, en 2002 les 10% les plus riches ont reçu 38,8% de la totalité des revenus, tandis que les 10% les plus pauvres n’en ont reçu que 1,3%. L’écart séparant les revenus des plus riches de ceux des plus pauvres a augmenté 29,8 fois alors qu’en 1974, quand l’INDEC a commencé ces recensements, elle n’était que de 12,3 fois supérieure4.Pour la sociologue Susana Torrado, le modèle imposé en Argentine dans les années quatre-vingt-dix a produit de la pauvreté sans inflation puisqu’en 1991, il y avait 21,5% des gens qui vivaient en dessous du seuil de pauvreté et après une courbe ascendante avec une inflation nulle depuis 1994, il y en avait 26% en 19985. Un mois avant la chute de Fernando De la Rua, une étude du Cabinet Equis, dirigée par le sociologue Artemio Lopez, rapportait que 40% des argentins vivaient sous le seuil de pauvreté, soit 14 millions de personnes, et qu’au cours de l’année 2001, 730 000 personnes avaient franchi ce seuil6.

 

En ce qui concerne les niveaux d’emploi, en 1990 les sans emplois et les sous-employés représentaient 18% de la population. En 1999, ils atteignaient 28,1% .7 Ces données nous permettent de comprendre l’apparition de trois nouveaux phénomènes de la politique argentine. (a) les piqueteros, (b) les expériences d’autogestion dans les usines gérées par les travailleurs et © les assemblées.

 

(a) Les piqueteros sont un pur produit de la fermeture massive des industries privatisées qui donnaient du travail à des milliers d’ouvriers et qui, dix ans après leur privatisation ont laissé sans emploi 80% de leurs travailleurs8 ce qui a provoqué le bouleversement des vieilles identités liées au travail et aux demandes syndicales. Ce n’est pas fortuit si de nombreuses organisations de piqueteros adoptent le nom de Mouvement des Travailleurs Sans Emploi (MTD).9

 

En ce sens, la route barrée à l’origine du “ piquete ”, est une nouvelle forme de lutte qui permet de mêler des actifs avec toutes leurs facettes – et demandes diverses- aux sans emplois qui ont été expulsés du marché formel. Ce qui s’ajoute aux diverses grèves générales menées par les différentes centrales syndicales et la révolte des 16 et 17 décembre 1993 dans la province de Santiago del Estero où des milliers de personnes ont détruitles symboles du pouvoir (pouvoir exécutif, législatif et judiciaire) et lespropriétés de plusieurs politiciens.10

 

(b)Selon les recherches d’un groupe de sociologues de l’Université de Buenos Aires, le 18 août 2000, les ouvriers de l’Usine métallurgique GIP Metal à Avellaneda, qui avaient été licenciés, ont décidé d’occuper l’usine et de commencer à produire à leur propre compte. A partir de là, un processus inédit de récupération d’usines en faillite et abandonnées a commencé en Argentine. On ne les récupère pas pour des motifs idéologiques puisque l’objectif principal est la protection du travail et la plupart de ceux qui en sont à l’origine manquaient d’expérience politique ou sociale. En un peu plus de deux ans, plus de 100 usines sont autogérées par les travailleurs dans des modalités différentes11 ce qui a permit la naissance du Mouvement National des Usines Récupérées (MNFR).
c) S’il est vrai que ces faits témoignent de la grogne de plusieurs secteurs sociaux dans différentes régions du pays, le phénomène prépondérant, pour comprendre l’apparition des Assemblées dans les grandes villes, est plutôt l’appauvrissement des classes moyennes à l’origine de la formation d’une nouvelle couche sociale très hétérogène et hybride dénommée “ les nouveaux pauvres ”.

 

Cette nouvelle catégorie se caractérise précisément par ce qu’elle a d’hétérogène et d’hybride. Des professionnels, des employés du secteur public et privé, déchus de façon abrupte ou progressive, appartiennent à cette couche sociale, des gens qui ont perdu leur lieu de travail et n’en trouvent pas de nouveau, qui ont cessé de partir en vacances, ne peuvent payer les mensualités d’une école privée ni les mutuelles contractées dans les années quatre-vingt-dix ; ils vendent leur voiture ou bien ont commencé des travaux chez eux qu’ils ont dû abandonner à mi-chemin. Il y a ceux qui ont décidé d’accepter les “ retraites volontaires ” dans les processus de privatisation et ont fini par faire faillite dans les nouvelles entreprises qu’ils ont mises en route. Il y a ceux qui ont eu un travail stable et une bonne position pendant plusieurs années et qui maintenant, à la maturité, se débrouillent à leur propre compte sans aucun bénéfice social ni perspective d’un avenir meilleur. Contrairement aux pauvres structurels, concentrés dans des aires géographiques délimitées (en général des bidonvilles) la pauvreté des classes moyennes est diffuse et dispersée dans les grandes villes, “ invisible ” ou “ intra muros ” car n’importe quel immeuble de la classe moyenne peut l’abriter.12 Dans l’étude du Cabinet Equis citée précédemment, on rapporte que 60 % des 4,5 millions de pauvres, vivant dans la Capitale et le Grand Buenos Aires, proviennent de la classe moyenne.

 

La décomposition sociale, le chômage et la chute retentissante des classes moyennes sont les éléments sociaux qui ont engendré une bombe à retardement qui a explosé les 19 et 20 décembre 2001 et qui a provoqué l’émergence des Assemblées.L’émergence des assembléesL’une des caractéristiques de l’insurrection des 19 et 20 décembre quI provoqua la déferlement dans la rue de milliers de personnes frappant sur leurs casseroles fut son caractère spontané inhabituel13, sans banderoles partisanes et sans qu’aucune organisation politique n’ait pu en réclamer la tutelle. A la différence des manifestations politiques traditionnelles avec les militants attroupés derrière des banderoles partisanes, le 19 décembre, après dix heures du soir, des milliers de familles ont parcouru les rues de la ville de Buenos Aires (et d’autres provinces) avec leurs enfants en bas âge sur les épaules et même accompagnés de leurs chiens dans une ambiance totalement festive malgré le fait que leur mobilisation défiait l’état de siège. Des marées humaines ont sillonné les principales artères tandis que depuis les balcons des milliers de gens joyeux et rageurs frappaient sur leurs casseroles faisant de la casserole une arme de résistance. Et pour la première fois dans l’histoire argentine un gouvernement civil a été renversé par une mobilisation populaire sans qu’y prennent part les Forces Armées.

 

Le caractère spontané de la participation massive au ‘cacerolazo’ du 19 décembre et l’effet qu’elle eut – le renversement d’un président – ne put être récupéré par aucun parti politique justement à cause du discrédit de toutes les forces politiques, les partis de gauche de l’opposition inclus, quoique ceux-ci n’aient eu aucune expérience de gestion gouvernementale.
Le 19 décembre l’irruption dans les rues fut une réaction directe contre le décret d’Etat de Siège du président De la Rua et la manière de défier le pouvoir cette nuit-là permet d’envisager que le cycle inauguré le 24 mars 1976 se referme avec l’impertinence et la violation massives du décret restrictif des droits civils.14

 

A un peu plus d’un an de leur création, nous croyons nécessaire de différencier deux étapes dans l’évolution des Assemblées. La première fut marquée par la nécessité de rester dans les rues. La seconde, une fois qu’elles furent affermies, par la recherche de légitimité dans leur environnement naturel, le quartier.

 

1.Une nouvelle appropriation des rues.

 

Après le ‘ cacerolazo ‘ du mercredi 19 décembre, il y en eut encore trois autres sans qu’aucune organisation ne s’en mêle. Le vendredi 28 décembre contre le président Rodriguez Saa – qui avait pris ses fonctions le 23 – à cause de la nomination de politiciens connus et discrédités. Un autre le mardi 1 janvier, le soir même où le président Eduardo Dualde assumait ses fonctions puis le quatrième, le jeudi 10. Les caractéristiques furent les mêmes pour tous : son manque d’organisation et de préparation, le fait qu’on en ignorait la réalité jusqu’à l’apparition du bruit des casseroles, la participation massive des familles et de personnes qui n’avaient jamais participé à des manifestations de rues, et une consigne unique qui s’est progressivement imposée “qu’ils s’en aillent tous”. Ce ne fut que le vendredi 25 janvier, sous une pluie torrentielle, qu’eut lieu le premier “cacerolazo” (cinquième) planifié, décidé cette fois-ci par les Assemblées de quartier de création récente. Ce que mettent en évidence les ‘cacerolazos’ c’est l’effervescence politique que l’on a vécu en Argentine après la chute de De la Rua ; la nécessité de continuer à manifester de façon spontanée, originale, en dehors de toute structure partisane, et la résolution des gens à rester dans les rues. Ce n’est pas fortuit si l’émergence des Assemblées ne répond pas à des convocations provenant de partis politiques, de centrales syndicales, ni même de mouvements sociaux. Les Assemblées sont en premier lieu le fruit de la mobilisation réussie des 19 et 20 décembre qui a permis aux ‘gens’ devenus le ‘peuple’ de vérifier leurforce en renversant un gouvernement constitutionnel, fait sans précédent dans l’histoire argentine et qui dans les années quatre-vingt-dix ne s’est répété que dans cinq autres pays.15.

 

La nuit du 19 eut l’évolution caractéristique des moments d’effervescence révolutionnaire. Les gens sortirent dans les rues contre l’Etat de Siège, ils marchèrent sans que personne n’en donne l’ordre sur la Place de Mai (symbole du pouvoir politique) et sur la maison du Ministre de l’Economie Domingo Cavallo – considéré responsable de la crise économicofinancière pour le répudier “ in situ ” et exiger sa démission immédiate. Quand les médias annoncèrent la renonciation de Cavallo, personne ne voulut s’en contenter et abandonner la rue. On redoubla la mise en demandant que tous s’en aillent, et en premier lieu le président de la nation. Revenus chez eux vers 2 heures du matin, leur retour en force sur la Place de Mai le lendemain, résistant à la répression policière qui a fait plusieurs morts a obligé De la Rua à démissionner et confirmé que la décision de ne pas abandonner la rue était la bonne.

 

Les assemblées sont une conséquence directe du besoin de demeurer dans les rues, espace public réinvesti massivement. C’est pourquoi, il n’est pas fortuit si elles ont toutes commencé à se réunir au coin des rues ou dans les places publiques pour témoigner leur présence dans les lieux réappropriés le 19 décembre. “ Personne ne sait qui a convoqué ni pourquoi : Réunion de voisins, ‘cacerolazo’, assemblée ? Quelques petites pancartes timides, inconnues (…) Au coin de la rue qui est à l’ombre, un petit groupe avec une tête de… regarde un petit groupe sur le trottoir ensoleillé, et un autre au troisième coin, puis un quatrième (…) quelqu’un a convoqué mais on ne sait pas qui (…) au milieu de la rue, au milieu de nulle part, on confectionne la pancarte : jour, heure et lieu de la réunion. On la montre aux gens ; On la lit. Sur la place, on chante l’hymne. Une Assemblée de quartier vient de naître ”16

 

Les premières réunions des Assemblées furent l’occasion de nouvelles fondations (a) politiques, (b) culturelles et (c) spatiales. Il existait bien des assemblées dans différents domaines, mais elles se constituaient toujours autour d’une activité précise ou autour d’un conflit, aussi bien dans les usines qu’à l’université ou dans un quartier pour une réclamation ponctuelle. Elles étaient convoquées généralement par une organisation politique ou sociale puis disparaissaient aussitôt. En vérité, phénomène nouveau, elles n’avaient même pas de référence spatiale.

 

a)Sur le plan politique : Toute personne peut participer aux Assemblées quelle que soit son appartenance politique, militance partisane ou idéologique. Aucune condition n’est exigée pour y participer. De fait, c’est un lieu de rencontre de personnes qui sortent protester pour la première fois dans les rues sans aucune expérience politique antérieure, de militants de partis politiques et de mouvements sociaux (principalement à gauche), et d’anciens militants des années soixante-dix qui , après de nombreuses années à vide, trouvent enfin un large espace idéologique. Phénomène transversal, il touche toutes les classes sociales : les fonctionnaires de second échelon du gouvernement de la Ville de Buenos Aires y ont même participé, depuis le début, en qualité de voisins avec le désir de se démarquer d’un régime qui venait d’être renversé bien que leur présence ait provoqué de nombreuses frictions dans les Assemblées.

 

b)Sur le plan culturel : L’un des premiers débats tourna autour du nom à donner aux Assemblées : de voisinage ? de quartier ? populaires ? Chaque Assemblée en décida de façon autonome selon la plus ou moins grande influence des partis exercée par les partis de gauche qui voulaient imposer le terme ‘populaire’. Ce fut l’occasion d’un chaleureux débat dans le quartier de San Telmo.
“ Pourquoi ne votons-nous pas un nom ? ”, lance un voisin, assis sur une estrade et après plusieurs tentatives, l’on se résoud à voter. Commence alors une discussion sur le nom, ‘Autoconvoqués de San Telmo’, propose l’un ‘et de Monserrat’, ajoute un autre ; ‘Assemblée populaire de San Telmo’, soutient un troisième. ‘et de Monserrat’ rajoute l’autre ; ‘Enlevons Populaire pour ne pas effrayer les voisins n’ayant pas de pratique militante’, réfléchit l’acteur ; “’Voisins Multisectoriels de San Telmo Carlos Almiron’ propose un professeur ; ‘et de Monserrat’ insiste l’autre. Grande huée, bien qu’il y ait également des applaudissements et des encouragements.”17

 

c) Ce qui est également nouveau c’est qu’elles sont “ autoconvoquées ”, ce qui permet aux voisins de sentir qu’elles leur appartiennent depuis le début. Ils sont tous ‘propriétaires’ de l’Assemblée et personne n’en a la propriété exclusive. A la différence es partis politiques où l’on se joint à une structure existante et où les hiérarchies sont clairement établies, n’importe qui peut intégrer une assemblée à tout moment sur un plan d’égalité absolue. Par ailleurs, en réaction à la politique traditionnelle, les Assemblées naissent en rejetant tout leadership.Jusqu’à présent, la recherche d’une pratique horizontale est l’une des préoccupations de toutes les Assemblées. C’est la raison pour laquelle personne ne peut déterminer ce dont on discute ou pas et que dans un premier temps, il y a des moments d’intense catharsis, d’explosions de colère spontanée, de démonstrations enthousiastes de solidarité entre pairs. Certains évoquaient leurs problèmes de travail, les bruits désagréables produits par d’autres voisins, l’augmentation des prix des médicaments, la confiscation de l’épargne, la corruption, les effets du néolibéralisme et toutes les questions possibles liées à la vie politique ou quotidienne.

 

La plupart des Assemblées n’ont pas d’ ‘ordre du jour’ fixé à l’avance. Une fois qu’ils sont tous ensemble – bien qu’on rentre et sorte quand on veut – chaque voisin est libre de proposer n’importe quel thème pour que l’ensemble en débatte. Devant l’impossibilité de discuter de tout et la nécessité de trouver un mode d’organisation pour des tâches ponctuelles, des commissions spécifiques ont fait leur apparition où l’on débattait plus à fond les thèmes que 50 ou 100 personnes ne pouvaient embrasser au cours de 3 ou 4 heures.
Contrairement aux réunions politiques traditionnelles, l’Assemblée a d’habitude une ambiance de quartier/ familiale où les voisins sortent même leurs propres chaises de chez eux pour participer, et leurs chiens qui accompagnent réunions et marches.

 

d) Sur le plan spatial : La plupart des Assemblées se réunissent dans les rues, se montrent, sont visibles. Certaines ont adopté le nom du croisement de rues où elles se concentrent (Corrientes et Juan B. Justo), d’une place (Place Dorrego) ou d’un quartier (Liniers), refondant des espaces et ignorant des divisions en quartiers existant dans la mémoire collective ou utilisées par les organismes gouvernementaux qui ont divisé la ville en 16 circonscriptions électorales. Ignorant toute expérience antérieure, les voisins décident d’organiser l’Assemblée sur une base territoriale, dans l’esprit du 19 décembre où les gens investirent les rues depuis les quartiers. La plupart des gens étaient chez eux à l’heure tardive du discours du président De la Rua. L’annonce de l’Etat de Siège a suscité une explosion d’indignation qu’ils ont traduite sur un plan politique casseroles à la main. Chaque maison devint lieu d’expression politique, et chacun prit une dimension différente en se retrouvant dans la rue avec des gens connus ou inconnus qui –rassemblés par leurs casseroles et sans avoir besoin de consignes politiques – occupèrent le quartier en signe de protestation. Beaucoup commencèrent à marcher, mais un plus grand nombre encore restèrent où ils étaient, au coin de leur quartier, à taper sur leurs casseroles. La rue, transformée en terrain dangereux pendant la dictature militaire par peur de la répression, et en démocratie par la violence délictueuse, est alors recherchée comme objet de réappropriation, qui rompe l’individualisme et l’enfermement perpétué à l’intérieur des maisons pendant des dizaines d’années.

 

“Nous sommes restés pendant trop longtemps sous la coupe du : ‘ ne t’en mêle pas’, les gens avaient très peur (…) les gens s’expriment maintenant douloureusement. Des gens qui n’ont jamais pu crier ce qui leur arrivait. ”18

 

2.La consolidation et les actions concrètes dans les quartiers.

Même les médias, historiquement liés à la bourgeoisie argentine, ont perçu positivement – dans un premier temps – le phénomène des Assemblées, estimant qu’elles représentaient une réaction adéquate face aux partis politiques discrédités vu que celles-ci les répudiaient ouvertement. Le premier article du journal La Nacion à les analyser les considère même comme “ les Assemblées de voisinage (ce qu’elles sont), berceau de futurs leaders ” (27 janvier 2002). Cependant, deux semaines plus tard, un éditorial du journal avertissait qu’elles pouvaient se transformer en soviets. 19 Certains partis de gauche estimant la situation vécue en Argentine comme ‘révolutionnaire’, ils ont cherché à faire en sorte que les Assemblées – en plus d’autres secteurs sociaux- n’abandonnent pas les rues et maintiennent une mobilisation permanente autour de toutes les revendications sociales, ce qui fut totalement impossible à soutenir excepté pour les militants disposés à courir les manifestations. La mobilisation ne put être maintenue, tout d’abord, à cause de la consolidation du gouvernement d’Eduardo Duhalde qui avait l’appui du principal parti politique, le péronisme, parvenu à remplir le vide produit après la chute de De la Rua. Deuxièmement, parce que la consigne ‘qu’ils s’en aillent tous’ ne pouvait se concrétiser dans la réalité par manque d’alternative réelle qui puisse prendre en charge le vide de pouvoir que le péronisme, lui, parvenait à combler. L’existence de plus de 100 assemblées dans le centre névralgique du pays et quelques 200 autres dans tout le territoire national n’en faisait pas par elles-mêmes des organismes au ‘pouvoir double’ dans le sens soviétique du terme – capables de disputer le pouvoir au gouvernement.

 

Etant donné que les Assemblées n’ont pas d’antécédents historiques ni de miroirs où se regarder, pendant les premiers mois, les réunions se caractèrisèrent par la recherche d’un chemin qui permettent de les orienter politiquement.

 

Pepa Vivanco de l’Assemblée de Scalabrini Ortiz et Cordoba le dit clairement “ nous avons la sensation d’être en train de construire quelque chose de nouveau, mais nous ne savons pas ce dont il s’agit ”.20Les militants des partis de gauche, soi-disant dotés d’un ‘savoir historique’ ont essayé d’imposer leurs consignes ‘révolutionnaires’ bien que la réalité ait démontré que la mobilisation générale diminuait. Ils se sont également absorbés dans des débats ennuyeux pour que les Assemblées adoptent des consignes qui étaient bien loin de refléter les nécessités concrètes des voisins qui avaient gagné les rues et essayaient de recontruire les tissus sociaux dans le quartier.

 

“ Comment faire avorter un processus d’Assemblée– se demandait en février 2002 une ex-militante du Mouvement vers le Socialisme – ‘Comment réduire une Assemblée de 400 à 75 personnes ?(…) Dans notre Assemblée, il existe plusieurs groupes politiques identifiés, à demi-identifiés et d’autres en train de l’être… Je dis cela parce qu’au début, certains qui ne se saluaient même pas, ne disaient rien là-dessus et qu’à mesure que nous nous sommes connus, nous nous sommes rendu compte qu’ils se connaissaient déjà par ailleurs, d’ailleurs, qu’ils venaient ensemble… et puis ils ont commencé à oser dire ‘Je suis au MST’, ‘Je suis au PTS’, ‘Je suis militante de la non violence active’ (PH), (…) l’intervention désespérée des groupes politiques qui, quelques heures avant de se déterminer en faveur ou non du congrès ‘ piquetero’ y sont allés avec des renforts pour les faire voter et ce fut notoire (…) Et pourquoi les gens partaient-ils ? Pourquoi l’ambiance des Assemblées s’est-elle rompue sur la base d’accusations, d’insultes, de soupçons de la part de militants de ces courants vis à vis des pauvres voisins inexpérimentés qui faisaient la moindre connerie(…)?
Les courants politiques devraient se comporter autrement, ils sont en train de noyauter les Assemblées… ils veulent les diriger et personne ne leur a rien demandé… agir ains,i ce n’est pas être révolutionnaires, mais plutôt contre le processus d’organisation le plus vaste qu’aient vécu cette ville et ce pays depuis des décennies… Ils sont en train de le faire l’avorter”.21 En réalité, le problème majeur de la gauche, c’est qu’ils (a) n’ont pas prévu le ‘cacerolazo’ du 19 décembre ni l’effet qu’il aurait pour renverser De la Rua, (b) ils n’ont pas imaginé la formation des Assemblées qu’ils ne possédaient même pas dans leur patrimoine idéologique. Cependant, il faut signaler que l’une des contributions les plus importantes des partis de gauche fut d’essayer de relier les Assemblées qui faisaient leur apparition dans une ‘Assemblée des Assemblées’ qui se réunissait les dimanches aprèsmidi dans un jardin public (Le Parc Centenario). “l’Inter-quartiers ” eut lieu les dimanches de janvier et février 2002. Des milliers de personnes se réunissaient au Parc Centenario pour discuter à l’air libre dans un climat festif les thèmes proposés par chaque Assemblée et les convocations aux mobilisations.

 

“ La première réunion inter-quartiers – écrit Modesto Emilio Guerrero eut lieu le second dimanche de janvier, alors que les vingt-troisassemblées de voisinage fonctionnaient déjà. Toutes n’y ont pas assisté, et malgré tout trois cent personnes y furentt réunies. Jusqu’à sa seconde réunion, elle a fonctionné selon une liste d’intervenants et un ordre du jour mis en place de façon chaotique, comme tout jusqu’alors. On débattait librement, bien qu’y prédominent les pronunciamientos et les considérations générales (…)A la deuxième rencontre, il y avait le double de voisins, à la troisième, on comptait presque deux mille personnes, à la quatrième plus de deux mil cinq cent et à la cinquième presque trois mille ‘ membres’. A partir de cette assemblée, le nombre a commencé à diminuer avec autant de force qu’il avait augmenté. Enviro deux mille sept cent participants assistèrent à la dernière, le 24 février. ”22
Pourtant, de même qu’il faut reconnaître que les partis de gauche ont influencé la création inter-quartiers, il faut bien dire qu’ils ont représenté le principal facteur de leur disparition. Au lieu de faire en sorte que l’Inter-quartier recueille les préoccupations de chaque Assemblée, le besoin des partis de gauche d’imposer leurs consignes ou de débattre ‘en interne’ sur les mouvements ‘piqueteros’ ou les usines récupérées à aboutit à ce que l’Inter-quartier devienne un lieu débat stérile entre partis. Sergio, de l’Assemblée de Liniers a lu un discours au sein de l’Inter-quartier pour critiquer le mode d’action de ces groupes.

 

Nous, qui participons, savons qu’aujourd’hui les assemblées sont en train de passer par un reflux objectif, dû en partie aux bagarres des appareils du MST et PO fondamentalement (mais la majorité des autres partis de gauche n’y échappe pas non plus) qui, au lieu d’aider au développement des assemblées, en ont fait leur chasse gardée ou un tremplin pour imposer leurs propres ‘tactiques’. Non seulement ils ont divisé l’Acte du 1er mai, mais il y a eu, comme chacun sait, deux batailles rangées brutales pour le plus grand plaisir de la droite et du gouvernement. ”23 Vidée de son contenu dynamique et de rencontre initial, l’affrontement physique entre militants a fini par la détruire.

 

Une fois que les mobilisations eurent commencé à diminuer et face à l’arrivée des rigueurs de l’hiver, les Assemblées se sont proposé d’abandonner les rues. Lentement, elles sont passées, de mouvement de protestation de rue, à avoir comme objectif la reconstruction de la trame sociale. Comme le signalent Julieta Mira et Carlos Juarez Aldazabal “ confrontés à un tissu social corrodé pendant des décennies par les formes dictatoriales et démocratiques du capitalisme néolibéral, nous misions sur une nouvelle construction à partir du quartier, un nouveau commencement de la Nation à partir d’une nouvelle volonté collective. ”24

 

Tenant compte des différences et particularités de chaque quartier, les Assemblées ont commencé à faire des courses communautaires, des soupes populaires pour les plus nécessiteux, des bourses de travail pour les sansemplois, des rencontres culturelles, des cantines, des marches contre l’augmentation des prix des entreprises de services privatisées et à soutenir les travailleurs qui avaient pris les usines.

 

En ce sens “ La trama, une rencontre entre culture et politique ” organisée par l’Assemblée de Palermo Viejo les 25 et 26 mai 2002 reflète cette intentionnalité de reconstruire la trame sociale dans le quartier. Palermo Viejo a changé de physionomie au cours des cinq dernières années. Du quartier à forte concentration en caves et ateliers de réparation de voitures qu’elle était, elle s’est transformée en un quartier peuplé de petits bars, restaurants et théâtres. Cette métamorphose a eu lieu grâce à l’installation du journal El Cronista Comercial au coeur du quartier et de plusieurs chaînes de télévision, qui ont attiré journalistes, acteurs et personnes gravitant dans le monde culturel. La trama permet de comprendre comment la pensée des membres des assemblées a évolué. L’idée est venue parce que l’un des problèmes des voisins du quartier qui y vivent depuis très longtemps c’est qu’ils ne le connaissent pas, alors qu’il a précisément des caractéristiques historiques intéressantes.

 

Une fois, quelqu’un proposa l’idée de faire quelque chose pour connaître le quartier, l’idée est venue alors de faire une ballade et un jeune qui connaît très bien le quartier puisqu’il est distributeur de journaux avec des architectes a organisé un parcours. 35 membres de l’Assemblée partirent un samedi après-midi, avec des chiens et des bicyclettes à la découverte du quartier. Ils ont reconnu les maisons les plus anciennes, les caves en usage à un moment donné, les problèmes d’odeurs des caves existant il y a soixante ou soixante-dix ans et qui n’existent plus. En le parcourant , ils ont découvert quantité de théâtres, de bars et de restaurants et que l’un des problèmes culturel, c’est que si les gens veulent aller au théâtre, il faut qu’ils sortent du quartier, qu’ils se rendent au centre de la ville. Etant donné que Palermo Viejo a plein de lieux liés à la culture, descentres culturels etc, pourquoi sortir du quartier se demandèrent les gens des Assemblées. En plus, pourquoi ne pas organiser une activité dans le quartier, pour les gens du quartier et d’accès gratuit. Les gens de assemblées, au lieu de porter au quartier une proposition toute faite, l’ont parcouru pour que d’autres voisins y joignent leurs propositions. Ce qui a commencé avec une idée d’une vingtaine d’activités a fini par en rassembler plus de deux cent. Les bars et restaurants ont offert de confectionner des menus promotionnels les fins de semaine, de faire des expositions de peintres, les théâtres ont offert de monter des oeuvres à l’entrée gratuite et plusieurs espaces culturels ont offert de faire des repas politiques. Peut être l’une des plus grandes nouveautés, c’est que bars et restaurants ont ouvert leurs portes pour faire des débats politiques et organiser dans un espace fermé une foire artisanale. La trama des 25 et 26 mai fut une très modeste expérience d’autogestion, car ce fut l’Assemblée qui articula les différents secteurs sociaux du quartier. Bien qu’il soit difficile de calculer combien de gens y ont participé, Julieta Mira, membre de l’Assemblée estime “ que plus de 5000 personnes sont venues dans le quartier participer à la rencontre ”25.

 

Julieta Mira : “ La lucha politica en un barrio mirada desde la economia politica. Las estrategias comunicacionales y culturales de la Asamblea Vecinal de Palermo Viejo 2002-2003 ” ? (M.S. Inédit)Ce que démontre La trama c’est que l’une des caractéristiques développées par les Assemblées est la combinaison de la réclamation faite à l’Etat et leur organisation en marge de celui-ci, en le supplantant même là où il s’est retiré suite aux processus de privatisation des services sociaux.

“ Cantines, lieux de goûter, tout cela fait partie d’une économie de résistance -dit Gustavo Vera de l’Assemblée du 20 décembre du Parc Avellaneda – Depuis mars l’agenda des Assemblées a changé , la dévaluation a attaqué les portefeuilles et mantenant la faim et le chômage sont criants.

 

La métamorphose sociale est catastrophique. Sans manger on ne peut pas livrer bataille ”.26

 

Le sociologue péruvien Anibal Quijano considère que “ Les Etats de la périphérie ont commencé à travailler contre la majorité de leurs populations parce qu’ils ont été privatisés à nouveau. Il n’est plus possible de capturer cet Etat ; mais en même temps il y a un autre processus plus étendu qu’on ne le pense. Il y a un processus de formation de nouvelles formes d’autorité politique dont la tendance est communale et dont le développement ne peut se faire sans une lutte contre l’Etat ”. Tenant compte de l’expérience de l’Equateur, et des assemblées en Argentine, Quijano ose prophétiser que “ ce qui vient c’est l’émergence de la reconstitution de formes d’autorité publique qui supposent une auto gouvernance où les électeurs ont la possibilité d’utiliser des mécanismes de contrôle immédiat de leurs élus. ”27 C’est ce qui arrive justement dans nombre d’assemblées, quand quelques-unes de leurs initiatives politico-sociales remplacent celles de l’Etat, et donnent à leurs actions la particularité d’un “ double pouvoir ” de facto.

 

Provoquant des résistances chez certains et chez d’autres – les plus ‘voisins’, les plus liés au milieu territorial- le sentiment de l’urgence, les assemblées ont peu à peu assumé la situation et le devoir d’affronter simultanémenttoutes les tâches que réalisaient auparavant des organismes maintenant disparus. Plus que le désir d’être tout, les membres des Assemblées sentaient que c’était un devoir de l’être’28

 

Les prises d’espaces étatiques (et privés) abandonnés et récupérés par les Assemblées est l’un des repères fondamentaux de l’expérience des Assemblées de 2002. Fruit de la nécessité de se doter d’un espace ‘physique’où se réunir pendant l’hiver, ce qui dans bien des cas partait d’une nécessité physique a fini en expériences autogestionnaires. Les Assemblées ont pris des terrains vagues, des bouts de terrain en bordure des chemins de fer, des cliniques abandonnées, des bars et des pizzerias fermés ou des marchés municipaux abandonnés depuis des lustres, toujours dans le but de leur donner un contenu communautaire.

 

Il se peut que la récupération de la Clinique Portugaise ait été l’un des cas les plus intéressants de récupération d’immeubles. En aôut 2002, deux assemblées du quartier de Flores qui avaient besoin d’un espace où se réunir ont décidé de rentrer dans l’immeuble abandonné depuis 6 ans de ce qui avait été une clinique maintenant fermée. Grande fut leur surprise en y trouvant quatre étages équipés en matériel médical et des installations en parfait état. Face à la nouvelle situation, les membres de ces assemblées changèrent leurs plans et décidèrent de convoquer des médecins et des infirmiers pour remettre la clinique en activité et construire un projet d’action sanitaire et sociale permettant aux travailleurs des usines récupérées manquant de couverture médicale d’accéder à la santé. L’Assemblée de Palermo Viejo a récupéré les petites rues entourant un marché municipal à moitié abandonné et a lancé un projet productif pour des dizaines de personnes qui, à la suite du chômage, ont recours à la fabrication d’artisanat comme moyen de subsistance. Les artisans ont décidé de baptiser la foire, ce qui est assez parlant, “ la trama ,la considérant comme héritiaire de celle qui s’était déroulée pendant l’événement “ la trama ” organisée par l’Assemblée quelques mois plus tôt. Les lieux récupérés, qui n’apportaient guère au quartier que saleté, danger de contamination et risques pour la communauté, ont été transformés en espaces de participation collective. Au lieu de lutter seulement pour la prise révolutionnaire du pouvoir, après laquelle tout etait censé changer, de nombreuses Assemblées ont constitué des formes embryonnaires de pouvoir alternatif qui ont été légitimées par les voisins et même par les autorités locales.ConclusionUn an a passé depuis la création des Assemblées qui ont accompli un changement qualitatif depuis leur apparition.. Elles sont passées par une étape de mobilisations (nullement abandonnées depuis) pour concevoir progressivement des zones de pouvoir basées sur l’organisation des voisins, ce que le gouvernement est très loin de pouvoir réaliser. Il est impossible de savoir où vont les assemblées. Tout est nouveau. Les usines récupérées aussi bien que le mouvement piquetero. Dans l’usine métallurgique Gip Metal il y a eu 48 heures entre les licenciements et l’occupation; à ce moment-là, les ouvriers ne savaient pas jusqu’où ils iraient dans leur prise de décision ni qu’elle prendrait de l’extension. Les piqueteros ne pouvaient pas non plus prévoir en 1995-1996, quand ils ont commencé à s’organiser, que le chômage deviendrait un phénomène structurel qui ne ferait que s’aggraver.

 

La formation des assemblées a changé quatre aspects de la réalité sociale de l’Argentine:

 

  1. Elle a contribué à revaloriser les autres mouvements sociaux, en particulier les piqueteros, habituellement délégitimés par les médias en raison de leur persistance dans les barrages routiers. Selon Toty Flores de MTD-La Matanza, la légitimité des Assemblées provient de ce qu’elles sont issues de la classe moyenne et de sa relation avec les piqueteros qui les a fortifiées.29 Silvano Villagra, du mouvement piquetero Quartiers Debout reconnaît que l’organisation en assemblées des voisins a eu des répercussions sur les pratiques de son mouvement.30
  2. La classe moyenne appauvrie, après avoir souffert des conséquences des réformes structurelles sans articuler de réponse sociale a maintenant trouvé des espaces d’organisation pour changer sa réalité.
  3. Une nouvelle dimension socio-politique très significative, transcendant aussi bien le simple lieu d’habitat que le statut social émerge autour du quartier. C’est également le cas des piqueteros qui marquent nouvellement le territoire. Ayant été expulsés du marché de l’emploi – qui, en général, divise les travailleurs – le territoire devient leur lieu de rencontre naturel. Ils s’organisent comme piqueteros là où ils vivent, font leurs expériences de lutte de rue, communautaires ou de production, également là où ils vivent, c’est-à-dire sur un plan territorial. Ce qui unit les voisins des Assemblées, avant tout, c’est l’articulation de la politique à partir du local.
  4. Le thème du pouvoir prend une nouvelle dimension : le prend-on?

 

Le pouvoir est-il une construction de l’Etat ? Construit-on du pouvoir à travers les expériences d’autogestion ? Ou un contrepouvoir ?“ Je défends l’idée que les assemblées doivent être des organes de contrepouvoir et d’autodétermination du peuple – dit Elbio de l’Assemblée de Ciudadela Norte – et à chaque pas accompli pour remettre en cause l’autorité des gouvernements national, provincial et municipal, nous construisons un contrepouvoir ” Il est clair qu’il y a des tâches que les Assemblées n’attendent plus de l’Etat, elle sprennent l’initiative et le font elles-mêmes, comme l’occupation de terrains abandonnés. On ne demande pas au gouvernement de les remettre en état ; les Assemblées les récupèrent pour la communauté, mais c’est aussi un signe de pouvoir. Il est probable que nous soyons au seuil d’une nouvelle étape du mouvement des Assemblées, bien qu’il soit possible d’affirmer qu’en tant que nouvelle forme de participation politico/citoyenne, elles sont bien là et pour longtemps.

 

*Texte traduit par Claudia Karlinsky

1. Le PIB de la ville de Buenos Aires représente 25% du PIB national ; Ka Nation 13-08-20022.Ana Maria Fernandez, “ El mar en una botella ”, publié par la revue “ El campo grupal ” AÑO4, n°32-Marzo 2002, Buenos Aires,
3. Pour voir une analyse minutieuse par rapport aux années quatre-vingt-dix en Amérique Latine voir Brieger, Pedro : “ De la década perdida a la década del mito neoliberal ”.In La globalizacion economico-fiannciera. Su impacto en América Latina (AAVV) Ed. CLASCO5.Clarin, 10 juin 1999
6. Clarin, 23 novembre 2001
7. Clarin, 17 décembre 1999
8. Ariel Ogando : Desocupados y cortes de ruta en el noroeste argentino ”. in Revista Herramienta n°15. Buenos Aires, Automne 2001
9. Voir Tony Flores. De la culpa a la autogestion. Un recorrido del movimiento de Trabajadores Desocupas de La Matanza. MTD Editora, Buenos Aires, décembre 2002.
10. Voir le travail de Nicola Inigo Carrera et Maria Cella Cotarelo “ Clase y protesta social en la Argentina de los “ 90 ”. Agencia Wayruro, 26 juin 2001.
11. “ Una investigacion de la UBA sobre las fabricas recuperadas por sus obreros ” in Pagina 12, 5 janvier 2003
12. Pour comprendre en profondeur le phénomène des “ nouveaux pauvres ” voir l’excellent travail d’Alberto Minujin et Gabriel Kessler “ La nueva pobreza en la Argentina. ” Buenos Aires. Ed Planeta, 1995
13. Voir Pedro Brieger “ Testimonio de una pueblada ”, in El GRANO DE ARENA n° 120, 26/12/2001
14. Voir Emilio Cafassi : Olla a presion (cacerolazos, piquetes y asambleas sobre fuego argentino. Univ. De Buenos Aires, avril 2002, Pgs 79-82
15. Avant De la Rua, les présidents suivants sont tombés suite à des mobilisations populaires: Fernando Collor de Melho au Brésil, en décembre 1992, Carlos Andrés Perez au Vénézuela en mai 1993, Abdala Bucaram en Equateur en février 1997, Raul Cubas Grau au Paraguay en Mars 1999, Jamil Mahuad en Equateur en janvier 2000 et Alberto Fujimori au Pérou en novembre 2000.
16. Alejandro Horowicz, dans Oscar Caram ‘que se vaya todo’, Manuel Suarez Editor, Buenos Aires 2002, pag. 22.
17. Pagina/12, 20 janvier 2001
18. Asucena , Assemblée d’Almagro ; in Oscar Caram, opus cité page 30
19. S’il est vrai que l’essor de ces assemblées semble la conséquence du ras le bol public face aux conduites peu dignes de confiance de la classe politique, l’on doit tenir compte du fait que de tels mécanismes de délibération populaire renferment un danger, de par leur nature, on peut les rapprocher de l’inquiétant modèle de décision des “ soviets ”, (La Nacion , 14 fdévrier 2002)
20. Denis et Joelle Chassin : Pour comprendre la crise argentine. Institut d’études poliitques. Strasbourg.Janvier 2003, pag. 186
21. Pollo (pseudonyme) “ Para militantes y militados ”, 13 février 2002, in www. Indymedia.org 5e22.Modesto Emilio Guerrero : “ Emergencia y desafios de las asambleas barriales ”, Revista Herramienta N°19, Automne 2002, Buenos Aires.“
23. Modesto Emilio Guerrero ; “ Emergencia y desafios de las asambleas barriales ”, Revista Herramienta N° 19, Automne 2002, Buenos Aires, Argentine.
24. Julieta Mira y Carlos Juarez Aldazabal “ Cultura y politica en un barrio : La trama de la Asamblea de Palermo Viejo ”. Soutenance présentée aux Vèmes journées de sociologie de la UBA, novembre 2002
26. Gustavo Vera, Asamblea Popular 20 décembre, Parc Avellaneda ; in Oscar Caram, Opus.Cité page 80
27. Entrevue avec Anibal Quijano, Buenos Aires, Juillet 2002.
28. Cristina Feijoo et Lucio Salas Oroño ; “ Las asambleas y el movimiento social ”. In qué son las Asambleas populares. Ed. Continente/Pena Lillo ; Buenos Aires 2002..Pag.2429. Entrevue avec Toty Flores, janvier 2003.30. Entrevue avec Silvano Villagra, janvier 2003.

 


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